El documento consta de 40 páginas en las que se explican detalladamente las medidas que deben tomarse no sólo en el estadio, sino en los días antes del encuentro, así como en el antes y después de los 90 minutos de juego.
De acuerdo con lo remitido por la FIGC, un máximo de 300 personas podrán estar en los inmuebles en el día del partido y se prevé que los equipos lleguen en distintos horarios al estadio. Además, los jugadores del club local podrán arribar en auto propio.
No se permitirá que los equipos salten al terreno de juego al mismo tiempo ni existirán los saludos entre los rivales previo al pitido inicial. De igual manera, se eliminarán temporalmente las fotos en conjunto y las conferencias de prensa tras finalizar el choque.
Durante las concentraciones en los hoteles, cada jugador tendrá su propia habitación y se pidió encarecidamente el uso de las escaleras para evitar las aglomeraciones en los ascensores y la proximidad física.
La esencia del protocolo italiano se asemeja al de la Bundesliga, competencia que ya ha podido celebrar cuatro jornadas sin contratiempo alguno y ha sido el impulso que necesitaban las otras grandes ligas europeas para reanudar sus respectivas temporadas.
Italia verá rodar nuevamente el esférico a partir del 13 de junio, cuando se disputen los partidos de vuelta de las semifinales del torneo copero, mientras la Serie A se reactivará el 20 del mismo mes.