Por Itzel Grajales
Tenga cuidado con las aplicaciones que, a través de las redes sociales, ofrecen créditos en línea, fáciles de tramitar; el ciudadano Carlos Ireta, residente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, fue víctima de estas empresas fantasma que, aprovechando la falta de regulación en internet, defraudan, extorsionan, acosan y amenazan a sus clientes.
Carlos se interesó en la llamativa publicidad que aseguraba la obtención de dinero sin aval y en minutos. Le dio “clic”.
Entonces le llegaron mensajes vía SMS y WhatsApp de líneas registradas en la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León, que lo llevaron a la tienda en línea de Android, donde descargó las aplicaciones Tala Dinero, Pop Crédito, Alpha Crédito y Cashbox.Los requisitos eran muy sencillos: aceptó los términos para descargar la App, anotó algunos datos y su número de cuenta, dio un anticipo, y listo.
En diferentes momentos obtuvo los préstamos que solicitó, no superiores a los tres mil pesos, que pagó en tiempo y forma.
Sin embargo, semanas después de liquidarlos, recibió mensajes donde le cobraban supuestos créditos vencidos que nunca tramitó.
Primero, de forma cordial, y después cada vez más agresivos, hasta amenazarlo con entrar a su casa y hacerle daño a él y a su familia.
No tenía salida. Los números de servicio al cliente y el correo electrónico donde intentó hacer su aclaración, también eran una simulación.
La situación empeoró. A los contactos de Carlos, llegaron mensajes donde se mostraba su imagen acompañada de leyendas que lo tachaban de ratero y defraudador.
Luego las acusaciones llegaron a otro nivel: lo señalaban despectivamente como portador de una enfermedad e incluso de pederasta y abusador sexual.Lo que ocurrió es que, sin darse cuenta, al descargar la aplicación, permitió el acceso a su directorio telefónico y a su galería de imágenes, con el riesgo de ser víctima de delitos más graves como el secuestro, porque posiblemente estos delincuentes también podían utilizar la cámara, el micrófono y el localizador de su teléfono móvil.
“Mencionaban que iban a denunciarme en colectivos feministas y grupos de víctimas de secuestro; tachándome de agresor sexual y extorsionador”, comentó en una entrevista.
Ireta presentó una denuncia por estos hechos ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Policía Cibernética, pero poco pudieron hacer.
La respuesta es que estas redes delincuenciales utilizan más de 100 números telefónicos diferentes que desechan constantemente.
Es difícil localizarlos, también por la falta de regulación en internet.El llamado de Carlos Ireta a la población es a no caer en la tentación de supuestas financieras que ofrecen créditos en línea; “parece fácil, pero solo roban tu información” y convierten tu vida en una pesadilla. Lo mejor, consideró, es denunciarlas para que no haya más víctimas.
En caso de necesitar dinero, la recomendación es acudir a empresas legalmente constituidas.