LETRAS DESNUDAS
MARIO CABALLERO
Pareciera chiste, pero es la realidad. El lunes, la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Tuxtla Gutiérrez le corrigió la plana a su propio titular. Mediante la cuenta oficial en redes se dedicó a ensalzar el desempeño de Jorge Alexis Zuart Córdova, quien comprobadamente es uno de los peores funcionarios del gobierno de Carlos Morales Vázquez.
Haciendo gala de cifras incomprobables le lavó la mala imagen al secretario, lo adornó, lo exhibió como un servidor público profesional, borró de un plumazo sus yerros y hasta hizo una apoteosis de sus resultados. Sólo le faltó llamarlo “héroe de la ciudad”. Esa dependencia que ha fracasado en su función de proteger a los ciudadanos pasó del desprestigio a ser un club del abrazo y el elogio.
La seguridad pública es una de las grandes deudas del actual gobierno municipal. A nadie se le escapa que junto con la falta de atención ciudadana y las insuficiencias en los servicios básicos es un rubro con los peores resultados en los casi dos años de esta gestión. Por eso es difícil de creer los “buenos números” que según ha registrado la actuación de Alexis Zuart y de la Secretaría de Seguridad Pública en el último año.
Es obvio que la persona que hizo esa publicación en Facebook procedió bajo las órdenes del secretario Zuart, quien al final de cuentas es el más interesado y beneficiado con ello. Pero lo cuestionable no es precisamente eso, sino el tono con que se manejó la información. Porque es claro que quieren verle la cara de tontos a los tuxtlecos. Las cifras, que están maquilladas y manipuladas, son un insulto a la inteligencia. Todos saben que Tuxtla no es una ciudad segura. Y cómo creer que el funcionario es un dechado de profesionalismo, honestidad y ética, cuando de sobra se sabe que su solo nombramiento es producto de una factura política que debía el presidente municipal y no un reconocimiento a su eficacia.
“Desde su llegada, Jorge Alexis Zuart ha logrado reducir 52 por ciento en la incidencia delictiva en Tuxtla”. Esa línea, que resulta ser el encabezado de la publicación, se lee como un franco acto de proselitismo anticipado, que a su vez podría representar una violación a las leyes electorales. Porque al resaltar el nombre de la persona y no de la dependencia, como debió ser manejado, está haciendo promoción personalizada del servidor público.
Y se repite varios párrafos después, en los que se aportan los sospechosos resultados en materia de seguridad, aunque con algunos cambios muy favorables: “Cabe destacar que, a partir de su llegada al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, Jorge Alexis Zuart, inició la depuración de la institución, con el objetivo de evitar actos de corrupción que habían dañado la imagen de la corporación y que generaban desconfianza en la ciudadanía”. O sea, aparte de que nos están mintiendo quieren que le seamos agradecidos al secretario.
UN MUNDO DE MENTIRAS
Como dijimos, Jorge Alexis Zuart no es un servidor público que se haya hecho a sí mismo. Incluso, podemos tomarlo de ejemplo para saber el enorme daño que se la hace a las instituciones y a la sociedad misma al poner en puestos relevantes a gente sin capacidad, sin vocación, sin méritos y por nepotismo. Sí, porque los cargos que ha ocupado en su cortísima carrera política los obtuvo gracias a su cuñado Raciel López Salazar, exfiscal general de Chiapas, quien le concedió posiciones importantes en la Fiscalía General de Justicia del Estado e influyó para que Carlos Morales lo nombrara secretario de Seguridad Pública.
Aunque es licenciado en Administración y cuenta con una maestría, no tiene experiencia en diseño, supervisión y control de estrategias de seguridad, de coordinación interinstitucional, de prevención del delito. Por tanto, cómo creer que haya logrado reducir la incidencia delictiva en un 52 por ciento en lo que va del presente año. Menos todavía cuando algunos de los que trabajan en la secretaría cuentan que ni siquiera tiene la capacidad para hacer un diagnóstico de la inseguridad en la capital chiapaneca.
Pero vayamos a los números. De acuerdo con la publicación de la Secretaría de Seguridad Pública, las estrategias del “heroico” Alexis Zuart lograron que la incidencia delictiva fuera disminuyendo año con año desde el inicio de la gestión de Carlos Morales. Pero miente.
En el primer año de este gobierno (octubre 2018-septiembre 2019), por ejemplo, el homicidio doloso aumentó 40.67 por ciento con respecto al periodo anterior. El delito de feminicidio creció 95 por ciento en comparación con el último año de gestión de Fernando Castellanos Cal y Mayor. Estos son datos del Observatorio Ciudadano de Chiapas, una organización civil de gran reconocimiento que estudia el comportamiento de la incidencia delictiva en el estado y sus municipios, y que participa activamente con la Fiscalía General de Chiapas en la construcción del Estado de Derecho. Es decir, sus datos son confiables.
En ese mismo periodo, la tasa de extorsión en Tuxtla Gutiérrez superó en 38.19% la tasa nacional. Los robos a casa habitación aumentaron un 12.34% con respecto al año anterior, registrando el 55.53 por ciento del total de los casos en Chiapas. En cuanto al robo a negocios se reportó el 64.08 por ciento de todos los casos abiertos en el estado. Su tasa, 104.56, fue mayor a la nacional.
Los robos a transeúntes presentaron un incremento del 27.95 por ciento, dando como resultado que la tasa municipal fuera cinco veces mayor a la del estado. Las violaciones sexuales superaron en un 41.48% a la tasa nacional y también creció el número de casos por trata de personas. Por mencionar algo.
Ahora bien, dice la secretaría de Zuart Córdova que en lo que va del año han disminuido los homicidios dolosos en un 35%, pero según el informe del 25 de agosto del presente año del Observatorio Ciudadano de Chiapas, en la capital chiapaneca ese delito incrementó a .92 carpetas de investigación por cada 100 mil habitantes nada más entre abril y junio del 2020.
Por tanto, ¿cómo se atreve a decir que hay más seguridad en Tuxtla cuando a diario sabemos de una violación, o de un asalto a cuentahabientes, o de que robaron 500 mil pesos a una empresa de pinturas (30 de agosto), o de la localización de un cuerpo en el río Sabinal, como el ocurrido el 2 de septiembre, o del robo a una agencia automotriz (30 de agosto), o de homicidios perpetrados por bandas de motociclistas, etcétera.
En el colmo del cinismo, el secretario celebra que durante lo que va del año nada más se han cometido dos mil 665 delitos. Pero se le olvidó mencionar que esa supuesta reducción se dio a partir del confinamiento social por la emergencia de salud por coronavirus, periodo en que la violencia familiar tuvo un incremento alarmante. ¿Pero a quién le importa?
LA 4T EN TUXTLA
Así es la Cuarta Transformación en Tuxtla Gutiérrez, donde mientras el consenso ciudadano reprueba la gestión de Carlos Morales, los funcionarios se dedican a aplaudir, a felicitarse ellos mismos y a colgarse medallitas. Es el festejo de la incompetencia. Pero lo más reprobable es que esa actitud es un desprecio de su función constitucional. ¡Chao!
yomariocaballero@gmail.com